Día Internacional de la Paz
El 21 de septiembre de cada año, es festejado como el Día Internacional de la Paz, en base a una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La fecha, al igual que todas las festividades internacionales, se conmemora a manera de sensibilizar la población general en cuanto al tema que se evoca.
Y la paz interior, esa que nos conecta con Nuestro Creador, que nos regala la tranquilidad para poder avanzar, esa que nos regresa al ser de luz que somos, al centro que nos permite transmitir y esparcir la luz que nos identifica, entre los demás; cuándo se festeja! No hay una fecha para celebrar la paz más importante; entonces, celebrémosla nosotros mismos, así como cada uno de nosotros es responsable de construir, fortalecer y preservar la paz interna. Para ello, debemos ser capaces, primero, de reconocer que los sentimientos que provocan ansiedad, pueden ser sustituidos por aquellos que nos ofrecen tranquilidad, trabajar en sanar los primeros e instalar los segundos en nuestro sistema emocional. Es fácil lograrlo? No. Es un proceso que puede provocar mucho dolor, sentimientos encontrados en cuanto a lo que sentimos y hemos albergado por mucho tiempo; pero sí es posible lograrlo.
La meditación y la oración, son las dos herramientas más poderosas para lograr esa estabilidad emocional que nos permite subir de nivel; claro, alcanzar otro nivel de vida en general requiere de la implementación de otras actitudes y disciplinas, que se conjugan con esta limpieza interna que debemos realizar.
La paz interna, también esta asociada a la felicidad, si, la felicidad es interna, no depende de lo externo que nos rodea, ni mucho menos es responsabilidad de las personas de nuestro entorno; pero ya hablaremos de ello en otro momento. Ahora quiero invitarte, a que busques tu paz, que identifiques aquello que te produce serenidad y lo abraces, que te reencuentres contigo mismo y mejores lo que sea necesario para que alcances el nivel de sosiego al que todos tenemos derecho.
Construye tu propia paz, aunque suene fuerte, duro, egoísta; nadie hará esto por ti, tu eres propietario de tu yo interno y debes cuidarlo.
Dios te bendiga.
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