Mi historia con la menopausia


A principios de 2024 empecé a notar cambios en mi cuerpo que no entendía. Estos despertaron curiosidad en mí, pero también algo de ansiedad. Además, comencé a experimentar emociones que no reconocía como mías. Decidí visitar a mi ginecólogo para buscar respuestas. Su reacción, aunque inesperada, fue reveladora. Se rió ligeramente y luego, con serenidad, me dijo: "Bienvenida a la perimenopausia."

Me quedé en una especie de pausa, intentando procesar sus palabras. Todo lo que le había contado coincidía con las experiencias que algunas amigas me habían compartido antes y con recuerdos vagos de lo que viví junto a mi madre. El médico me explicó que los cambios en mi cuerpo, mente y emociones eran normales para mi edad y pudieron haber empezado incluso desde los 40 años. Fue en ese momento que comprendí que lo que había estado experimentando desde hacía años tenía un nombre, un origen, y sobre todo, una explicación.

Si me sigues en redes sociales, quizá recuerdes cuando compartí sobre la pérdida de cabello que enfrenté. Ver cómo mi pelo se caía a puños fue alarmante, y ahora sé que también era un síntoma de esta etapa.

Con el tiempo, y tras reflexionar, acepté lo que estaba pasando y me sumergí en la búsqueda de información. Lo que encontré me sorprendió: estadísticas alarmantes, experiencias de otras mujeres y profesionales dedicados a guiar y apoyar en esta transición. Sin embargo, lo que más me impactó fue darme cuenta de que la menopausia sigue siendo un tema tabú, especialmente en culturas como la nuestra, donde se asocia con etiquetas despectivas y limitantes.

Soy una mujer que cree en derribar barreras y romper silencios. Por eso decidí escribir estos artículos, para ofrecer una perspectiva que informe, inspire y motive a otras mujeres a hablar, aprender y tomar acción.

Las consecuencias del desconocimiento de la menopausia son profundas

Muchas mujeres han perdido sus matrimonios porque no entienden lo que les sucede y su pareja o familia tampoco. Otras han renunciado a trabajos debido al bullying o a una disminución en su productividad que las hace sentir insuficientes. Algunas han cerrado capítulos importantes de su vida, como su sexualidad porque no saben cómo manejar los cambios.

En mi caso, sin saberlo, ya había incorporado hábitos esenciales para esta etapa: hago ejercicio regularmente, sigo una dieta equilibrada, tomo suplementos y cultivo una vida social activa. Ahora, también trabajo mejor mis emociones, gracias al estudio, la lectura y un compromiso constante con mi bienestar.

¿Qué quiero dejarte con esto?

Quiero invitarte a reconocerte y aceptar los cambios que experimentas. Quiero que tengas la valentía de entenderte, de expresarte y de ajustar tus hábitos para incorporar lo que te haga bien. Aprende, infórmate y deja que esa educación te ayude a desafiar mitos y vivir en plenitud. La menopausia no tiene que ser una sentencia. Es un nuevo capítulo y, con las herramientas correctas, puede ser una etapa de auténtica transformación.

Reconoce, cambia, crece y conquista. 💪


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