Dios y la zona de confort

Hasta hace poco, pude comprender la relación entre Dios y el esfuerzo que hacemos para salir de nuestra zona de confort. Este lugar, que probablemente no sea solo un lugar físico, el cual nos ata a costumbres, sentimientos y temores; es capaz de limitarnos tanto, que hasta de Dios nos olvidamos y damos prioridad a cualquier cosa que prioricemos en nuestra vida. Para abandonar la zona de confort y poder disfrutar de las bendiciones que Dios tiene retenidas para nosotros, para llegar a conocer y disfrutar el éxito, hay que sacrificar todo aquello que nos retiene, las confusiones que nublan nuestra mente y nos hacen creer en que fuera de esa burbuja no existe nada más, y que lo que pueda existir no esta apto, ni disponible para nosotros. Cuesta, mucho, el precio es alto; pero puedo asegurarte, amig@ que me lees, que es posible volver a concentrar tu fe en lugar de tu miedo; volver a colocar en ese lugar de fe a la única figura que debe estar allí, Dios, volver a confiar ...